viernes, 27 de mayo de 2011

El mágico reencuentro con Wembley

El 20 de mayo de 1992, cuando el mundo se iniciaba en la revolucionaria era comunicacional, un Barcelona sólido pero muy distinto al contemporáneo arribaba a Wembley. El mismo sueño que hoy, ganar la Champions League, gravitaba entre los blaugranas. Allí estaban Jósep Guardiola y Andoni Zubizarreta, el número diez y el arquero y capitán respectivamente, entusiastas por un debate que se convirtió rápidamente en apuesta. Los pilares catalanes deliberaban fervientemente, en el entrenamiento previo al partido, acerca de cuántos escalones debían transitar en el camino a la entrega del trofeo. Todo un acertijo que lucharían por descifrar.
A 19 años y escasos días de aquella final de la Copa de Campeones disputada entre Barcelona y Sampdoria, Wembley se reencuentra con los españoles. Fueron casi dos décadas donde reinó la coherencia y triunfó un estilo. Cuando el fútbol y el capitalismo se vieron inmersos en un mismo destino, el Barça apuntó hacia otro camino, mucho más largo pero meritorio a la vez, y la hegemonía de una identidad sometió a cualquier individualidad a adaptarse o marcharse.  Discípulo de las grandes exhibiciones y con el disfraz de máximo favorito, así llega el conjunto catalán al santuario inglés. Devoto a una idiosincrasia que se convirtió en referencia mundial.
En la otra vereda, el Manchester United exhibe un sigiloso presente, apoyado por la espectacularidad de su rival. Posiblemente con el raro anonimato a su favor, el equipo de Álex Ferguson seguramente se asemejará más al esquema que planteó frente al Arsenal (con solamente el 28% de posesión, pero con una eficacia sublime), que el que  sucumbió al Shalke 04 (con más de 700 pases a destino que marcaron el camino en la serie). Con transiciones inmejorables que evidencian una determinante vía de ofensiva eficiente, el conjunto inglés tiene motivos suficientes para dar el zarpazo. En defensa, la excelencia del Barça obliga a negar el pase interior, intuir constantemente para intentar interceptar y tener los cimientos sólidos para variar continuamente el estilo defensivo (presión intensa, repliegue total, achiques certeros, etc.).
Son los mejores, de eso casi no hay dudas. Son los campeones recientes  de dos de las ligas más prestigiosas del mundo. Ambos prevalecen su estilo, por encima de la excentricidad de un encuentro y de la majestuosidad escénica. ¿Posesión vs contraataque? Es un duelo que se planteó durante toda la semana, pero que es tan incierto como el desenlace.
Mientras tanto, Guardiola y Zubizarreta vuelven a Wembley; ahora como entrenador y secretario deportivo. Ambos fueron gestores esenciales de esta revolución del fútbol promovida por el Barcelona. Fueron 32 los escalones que recorrieron aquel 20 de mayo del ‘92 para levantar la Copa de Campeones. Esta vez hubo remodelación del estadio. La oportunidad de volver a contarlos se convirtió en un sueño posible.

Guardiola y Zubizarreta, en la cumbre

No hay comentarios:

Publicar un comentario