viernes, 5 de agosto de 2011

Cuando jugar se vuelve un trabajo

“Divertite”.  Resuena la palabra casi periódicamente en la cabeza del niño. Un padre, personaje fantaseador si los hay, repite la terminología una y otra vez, con la obligación que su cargo de antecesor le designa. El niño sale a ese pequeño rectángulo de cal. Al igual que cualquier ser humano, allí se olvida de todo, inclusive de la petición de su papá.  Ése pequeño espacio aloja más de una decena de sueños inocentes que sólo buscan patear la pelota lo más lejos posible. Dicen que toda historia feliz tiene su desdicha. En este caso, una moneda, la única capaz de infectar ese lugar donde, por un rato, la felicidad le gana por paliza a los problemas.

Hoy, el fútbol fue partícipe de otras de esas locuras que cada tanto invitan a dormir la pelota y pensar un rato. Un niño de 7 años fue contratado por el Real Madrid por una suma sustancial de dinero. Él y toda su familia ya están en España, dispuestos a una nueva vida, en donde la criatura domine el timón. Del equipo Merengue informan que Leonel Angel Coira -el niño argentino contratado-  no tendrá ningún tipo de presión, la única misión es la diversión. Suena contradictorio.

A veces el destino te pone a prueba y parece difícil refutarlo. Deben existir pocos amantes del fútbol que se nieguen a un contrato de sus pequeños hijos al Real Madrid u otras potencias mundiales. Así aconteció con Jorge Messi, quien hace unos cuantos años debió tomar esa difícil decisión que le dio un giro radical a su vida. Sin embargo, como en todos lados, existe la otra cara de la moneda; en este caso, los que sacrificaron tantas cosas y se diluyeron en el intento.

Porque sí o porque el fútbol a veces amenaza con volverse una recopilación de negocios, vale la pena aclarar que la postal de los potreros sigue predominando en la Argentina. Lo preocupante reside en las intenciones de los niños: parece que el oficio de jugar al fútbol pierde por goleada con el de ser una estrella.  

El negocio se cobra una nueva víctima proveniente del potrero. Puede que dentro de una década todos estén disfrutando de nuevo crack argentino en España. Más importante aún será que Leonel pueda cumplir con el encargo de su padre: “divertite”.

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