lunes, 6 de junio de 2011

María Elena Walsh y un presente perfumado por antagonismos

“Vamos a ver cómo es el reino del revés”, propone María Elena Walsh en su afamada canción. A escasas dos fechas del final del torneo local, el fútbol argentino atraviesa un discontinuo presente, donde la irregularidad es protagonista y la disputa por el título una extraña casualidad. Vamos a ver cómo es.

En el reino del revés, un entregado Caruso Lombardi vaticinó un infalible descenso y propuso jugar con juveniles en sus últimas presentaciones. Mientras tanto, un globo casi sin aire, a dos fechas del abismo, juega sin gente, gana y se eleva.

En el mundo del revés, un título tan desértico como apasionante postula a la consagración a un puñado de candidatos sin identidad. Entre ellos, un sumiso Boca sobrevuela a 4 puntos del líder y un contradictorio Olimpo mira la punta por el espejo retrovisor. Vamos a ver cómo es.

 Un diablo vestido de rojo percibe el doble filo de un tridente peligroso. Entre el precipicio del descenso y la cumbre de la coronación parece haber nada más que un paso. En el reino del  revés queda más que demostrado.

A dos encuentros del veredicto final, River se angustia ante una bomba de tiempo que sólo Olimpo puede desactivar, sacrificando su propia subsistencia.

Entre tantas contradicciones, el Vélez de Gareca presenta un modelo de juego sólido promovido por una magnífica gestión y fundamentado por la abundancia de recursos. Eliminado injustamente de la Copa Libertadores, domina el torneo local con sólo un objetivo en mente: mantenerse siempre alejado del reino propuesto por María Elena Walsh.

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