miércoles, 27 de abril de 2011

Retrato de un entrenador eterno

“Todo pasa” aseguran Los Piojos en su afamada canción. La cuestión es sencilla, la cronología deja en evidencia que en la vida -y en el fútbol- todo cumple su ciclo. Sin embargo, siempre existe la excepción a la regla. Siempre hay alguien que se centra en el foco de la discusión por ser el distinto. “Los ciclos siempre caducan”, sostiene la mayoría. Alex Ferguson parece ser la excepción. En el mundo de lo inminente, la persistencia del entrenador del Mánchester United parece nociva.

Medio siglo ha pasado desde que Alex se apoderó del banco rojo. El contexto era muy distinto: las comunicaciones ocupaban un papel secundario y el fútbol estaba desligado del complejo mundo mediático. El paso del tiempo fue dándole a Ferguson un perfil de sigiloso y erudito. Pero obviamente, en aquel entonces también disponían los resultados.  Cuatro caóticos años pasó el DT al frente del equipo inglés sin conseguir ningún título. La institución tuvo cautela; no se dejó llevar por el mundo de lo inmediato. El tiempo le terminaría dando la razón.

En 1990 llegó la primera copa. La FA Cup fue el génesis de una cosecha que parece no tener fin. Excepto en el 2005, el Manchester de Ferguson siempre ganó títulos. Las once Premier League,  dos Champions League, cinco FA Cup y decenas de títulos más, le dieron al entrenador la tranquilidad necesaria para perdurar en su hábitat natural: el Old Trafford.

La historia se percibe como una utopía para los entrenadores, en tiempos donde la relevancia de escasos resultados se vuelve determinante. La formación de lo perecedero parece invariable. Los mismos técnicos son consientes de que la perdurabilidad depende solamente de los resultados; por más que por momentos se quiera inculcar otra cosa.  “Cumplí un ciclo”, asevera la mayoría de los entrenadores, tras una etapa exitosa y una catarata de malos resultados que acaban con el proceso. 

Bajo una manifestación al buen fútbol, el Mánchester de Ferguson venció al Shalcke 04 por la primera semifinal de la Champions League. El fútbol sigue su rumbo, el conjunto inglés continúa hace más de dos décadas entre los mejores del mundo y Alex Ferguson justifica año a año que su ciclo no se cumple, y que el rótulo de Los Piojos no condice con su concepción

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