viernes, 1 de abril de 2011

El Barça y un amor incondicional

El Barcelona sólo tiene una enamorada: la pelota. El equipo español ha perdido escasos encuentros en los últimos años. Sin embargo, hay alguien que hace ya tres años que no se despega de su lado; su único amor. El conjunto dirigido por Pep Guardiola cumplirá tres temporadas sin haber sido derrotado en ningún encuentro en la posesión del balón. Con el objetivo patente, y las estadísticas como testigos, el Barça no deja de arrasar en los registros.
               
                La mítica y cautivadora pelota, esa que en el siglo XVI llegaba al mundo ignorante de los infinitos pretendientes que lograría tener, parece haber encontrado un aspirante fiel. Allá por mayo del 2008, el Real Madrid de Schuster fue el último privilegiado en poder cautivar la posesión de la soberana, ante la mirada atónita del Barcelona, que en aquel entonces comandaba Frank Rijkaard.
               
                Laborioso y eficaz;  devoto a un estilo de juego sustentado por la posesión, el Barça presenta el punto de inflexión que cautiva a la pelota. Cuando la tiene la cuida como oro.  Una técnica prodigiosa como base en el período de formación le dio al conjunto español una de las fórmulas esenciales a la hora de enamorarla. Como si se tratara de un botín hecho de arena, los controles son fantásticos y la orientación privilegiada.
               
Cuando no la tiene en su poder, hace lo imposible para reconquistarla. No importa la ubicación, en manos de quién esté y mucho menos las intenciones. El Barcelona se fastidia. No tolera pasar más de tres segundos sin su enamorada.

                Como alguna vez Juan Ramón Carrasco, DT de River de Uruguay,  personificó en una charla técnica mediática, el equipo de Pep Guardiola aparenta tener la receta perfecta. Y es que  hace ya tres años, en una intensa demostración de amor, la pelota parece haber encontrado a su príncipe azul.

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