viernes, 8 de julio de 2011

Marcelo Bielsa, ése loco que resalta entre el montón

Las definiciones de un “loco” son abundantes. La Real Academia Española presenta una multiplicidad de argumentaciones que se dirigen desde una persona “poco prudente” hasta un ser “que ha perdido la razón”. Es evidente, ninguno de estas consideraciones tienen concordancia con el modo de actuar de Marcelo Bielsa. Un sinfín de fundamentos distinguen la realidad de un entrenador devoto de sus ideales. El fútbol vuelve a fantasear, el Athletic Bilbao tiene entrenador, y es uno de esos locos que exceden a la propia definición.

“Josu, soy Marcelo”,  Bielsa al teléfono.  “¿Qué tal?” responde el flamante presidente del Bilbao, José Urrutia. La charla circula en un entorno de profundidad y análisis, como el ex seleccionador argentino acostumbra a proceder. Los minutos avanzan a la par del entusiasmo de Urrutia con los interrogantes de Bielsa: “¿Qué le parece Josu? ¿Aurtenetxe es más lateral o central?”. No hay dudas, Urrutia ingresa al gigantesco club que reconoce a Bielsa como un DT supremo, en todos los aspectos.

La charla continúa y el, por ese entonces, candidato a presidente del equipo español temblequea en el teléfono: “yo quería pedirle un favor, importantísimo, -dice Bielsa- ¿podría tomarme un par de días más para la decisión final?”. Urrutia respira aliviado. Comprende una nueva faceta del entrenador argentino y descarta una de las teorías del motivo de su apodo. A Marcelo no le dicen loco por “tener poco juicio, ser disparatado o imprudente”.

Fueron tres meses de análisis, para Bielsa no existen detalles librados al azar. Características de jugadores, sistemas, estilos, posibles incorporaciones. Infraestructura del club, ideología, estadísticas, inferiores y demás situaciones que se filtran en la cabeza de un loco. Es adicto a pensar, fanático de los planes y un buey al momento de trabajar.

Llegó la bendita videoconferencia, donde los escépticos se vieron rendidos ante la realidad de la promesa de Urrutia. Bielsa habló y sumó  adeptos al club de los que lo reconocen como un superlativo.  Sería mezquino y arbitrario elegir alguna de sus frases. Fue aliado de su análisis y se introdujo en un contexto en el que los propios hinchas del Athletic se vieron asombrados.   

Bielsa es sinónimo de prestigio a nivel mundial. “¿A qué se debe?”, profundiza la razón. Reconocido por su trabajo, por su inestimable amor por la tarea. Identificado por transitar el camino más largo, ése que no siempre garantiza los resultados pero nunca -sin excepciones- traiciona los principios. Uno de los pocos -si no es el único- que logró exceder esa cultura exitista nacional. La selección quedó eliminada en primera ronda de Corea-Japón 2002, sin embargo, el tiempo, gran médico y mejor juez, terminó sentenciando su categoría superior como entrenador, como líder y como ser humano.

En este contexto, hoy los diarios hacen referencia a un “entrenador de entrenadores” que regresa al ruedo. Elogios. Puros elogios para un DT que tiene una extensa carrera, algunos títulos y casi nula experiencia en Europa.

Entonces, Urrutia indaga: ¿Por qué el apodo de loco? “La única locura que le reconozco es el exceso de virtudes”, decretó Jorge Valdano.  La Real Academia Española -a la que Bielsa acude a diario- concluye la realidad: “un loco es un ser que excede a lo ordinario, a lo habitual”. El Athletic Bilbao será su próximo manicomio.


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