"Captaron la idea”, fue el mensaje principal de Sergio Batista en conferencia de prensa, tras el partido de su selección frente a Estados Unidos. El modelo de juego que el entrenador pretende es claro: “prevalecer un estilo similar al del Barcelona”. Pero analizando el partido del sábado, ¿se reencarnó en algún momento el funcionamiento que tan bien maneja el equipo de Guardiola? Cuesta encontrarlo.
Ricardo La Volpe, tan polémico como criticado, se refirió al modelo que Batista intenta imponer: “Argentina quiere jugar como el Barça. Se fijan mucho en el juego ofensivo, pero poco en los detalles. La presión, la recuperación inmediata, el equilibrio táctico. Por ahí debería pasar el foco principal de Batista”.
Rotundo y sincero, La Volpe dejó en claro su postura; una postura que más allá de rozar la crítica, contiene varias certezas. Si bien es cierto que Argentina, en algún momento, cuando los habilidosos encargados de crear juego encontraban carriles de circulación, se asimilaba de cierta manera al juego del barça; también es verdad que el equipo careció de decenas de detalles sustanciales: los centrales como opción para la continuidad en la posesión, los laterales dejando un surco de tanta participación, la íntegra circulación a través del pase, la inminente presión tras la pérdida, el pressing constante en todos los sectores del campo, y varios pormenores más, difíciles de percibir, pero claves a la hora del funcionamiento.
El rumano Stefan Kovacs, principal ayudante y sucesor de Rinus Michels en aquel Ajax que fue la génesis de la única gran revolución conceptual del fútbol mundial, dijo en 1972 antes de la final intercontinental frente a Independiente: "Los jugadores que más se adaptarían a lo que pretendemos serían los argentinos. Por su rigor táctico y profesionalismo, y sobre todo por su gran capacidad técnica”. Lo que Kovacs no se encargó de remarcar, es que necesitó de una incipiente metodología de entrenamiento en los procesos de formación para llegar a aplicar ese modelo de juego tan valorado. Y es que las inferiores del Ajax estimuló la técnica para mejorar la precisión y así obtener tantas variantes a la hora del juego asociado; para lo que necesitó muchos años de trabajo. Al igual que al abordar el entrenamiento físico integral para ser intensos al momento de la presión en todos los sectores y al mejorar las transiciones. De esta manera, instigó un arduo desarrollo que tuvo su cumbre en un prototipo de juego criterioso y desconocido, que hoy tiene al Barcelona como principal heredero.
Por estos motivos y varios más es que a muchos seguidores le genera rechazo que Sergio Batista afirme sin inconvenientes su similitud con el conjunto español. Y es ahí, cuando dice que juega como el barça, que no se entiende bien a qué se refiere cuando ratifica que sus jugadores “captaron la idea”.