miércoles, 14 de septiembre de 2011

Un loco que lleva tiempo entender


Paciencia. El deporte más popular del mundo no para un segundo de exigir. Exige trabajo, exige buen juego. En realidad, no. Todo se vuelve secundario cuando el torbellino de los resultados deja saldo negativo. Allí, sin argumentos razonables que acompañen, la crítica pasa a ser la máxima protagonista.

Recio, Inexpugnable, loco. Su apodo bien lo indica, Marcelo Bielsa va contra toda la corriente: “Denle este mensaje a la gente, a los ignorantes díganle: el que pierde es un inútil porque así está planteado”. Que no se mal interprete, su argumento no intenta reprobar la valía que otorga un resultado positivo. Sólo pretende entender el juego, el trabajo y el marcador final como una realidad integral: “no veo por qué se deba jugar bien para perder. Son dos situaciones que no funcionan de manera autónoma”.

Un empate como local ante el Trabszonspor por el repechaje de la Europa League, un 1 a 1 frente al Rayo Vallecano en la primera presentación de la Liga y una caída frente al Espanyol, como visitante, impulsaron a las críticas desmedidas. Allí está Bielsa, intentando explicarle a los españoles un idioma que pocas veces escucharon en sus vidas. Tratando de que entiendan que para él, clasificarse sin jugar (como le pasó en la Europa League), es una decepción y no una alegría.

Sus ideales se bambolean ante la difícil realidad de interactuar con quienes no lo conocen. Allí reside un problema fundamental: su personalidad, su método y su estilo llevan tiempo de asimilar. En Newell’s, por más que lo conocían de las divisiones inferiores, comenzó en la Copa Libertadores con un 0-6 ante San Lorenzo, en el mismo torneo que culminó en la final perdiendo por penales frente al San Pablo.  En Vélez, con la reticencia de referentes como José Luís Chilavert, que comenzó con engorrosas disputas y terminó con Vélez campeón y un loco (Chilavert) muy amigo de otro loco (Bielsa). En la Selección Argentina estuvo plagado de resistencias, inclusive la del titular de la AFA Julio Grondona, quien después terminaría avalando su trabajo y pidiéndole que continuara.

Mientras tanto, mientras sus ideas flamean ante el recelo de millares de fanáticos, Bielsa trabaja. Los resultados por ahora no acompañan, era una posibilidad. También era predecible el rechazo de mucha gente y de la mayor parte de la prensa local. Son algunas de las escasas realidades sobre las cuales no tiene ningún tipo de influencia.

Alguna vez un hincha argentino le dedicó en una bandera una frase más que elocuente: “Un hombre con ideas nuevas es un loco hasta que sus ideas triunfan”. Alguna vez, en Sudamérica, sus ideas fueron nuevas. En Europa deberá pasar por el mismo proceso. Hoy son nuevas, mañana seguramente triunfarán. Paciencia.

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